El municipio de Toro se encuentra en la provincia de Zamora, a tan sólo 32 Km de la capital zamorana. Se sitúa sobre un cerro elevado a 100m de altura sobre la vega del río Duero.
El origen de Toro se sitúa en la edad de hierro II, según los restos arqueológicos encontrados, y el verraco de piedra o toro de origen celtívero, permiten suponer la existencia de una ciudad Vaccea llamada Albucala. Este toro de piedra es el origen del nombre del municipio.
Repoblada como bastión Leonés, en el año 899 esta repoblación sería frenética, según el cronista de Alfonso III, para fortificar la linea del Duero frente a los musulmanes. De esta época se conserva el Alcázar, del que sólo quedan sus murallas. En este mismo Alcázar sería proclamado rey de León Fernando III.
Toro sería pieza clave en la unión de Castilla, ya que en 1476 en la vega toresana se enfrentarían las tropas de Isabel de Castilla y las de Juana ( la Beltraneja ) por los derechos de la corona de Castilla, ganando la batalla las tropas de Isabel. Los Toresanos partidarios de Isabel la Católica acordaron sublevarse contra el gobernador Juan de Ulloa, valedor de la Beltraneja, al fracasar en el alzamiento el gobernador envió a la horca a todos los sublevados y a la esposa de Juan de Monroy, Antonia García le dio garrote vil el la reja de una ventana de su misma casa. La reina católica mandó, tras su entrada en Toro, dorar esa reja en desagravio. Actualmente del dorado original no queda nada, son sus dueños actuales los que le dan ese color para mantener el recuerdo histórico y como atractivo turístico ya que ahora esta casa es una alojamiento rural.
Toro tiene un gran patrimonio artístico, gran variedad de iglesias, palacios y otros lugares históricos, hacen de este bullicioso municipio un lugar propicio para perderse por sus calles, que siempre daremos con algo de su patrimonio. Por algo Toro fue durante cuatro siglos una de las 17 villas y ciudades con voto en las cortes, ocupando el lugar duodécimo, inmediatamente después de Zamora y delante de Madrid.
Imprescindible comenzar la visita por la joya de este municipio, La Colegiata de Toro ,pero antes de llegar a la colegiata ya habremos pasado por la Puerta de la Corredera. Se construye en 1602 en honor a Felipe III, subimos por la calle del mismo nombre de la puerta hasta la Torre del Reloj, del S.XVIII y pertenece al 2ºrecinto amurallado de la ciudad. Al cruzar la torre del reloj llegamos a la plaza mayor y sus calles aledañas llenas de bares y restaurantes con sus terrazas, con un gran ambiente que invita a propios y extraños a disfrutar de ellas.Y al final de la calle por la que bajamos hacia la plaza mayor veremos nuestra meta, la Colegiata de Toro, construída en el S.XII. Forma parte de un grupo de templos románicos de transición, conocido bajo el nombre de los cimborrios del duero. La portada septentrional que sirve de entrada al templo constituye una de las mejores muestras del románico zamorano. Sus arquivoltes están decorados con numerosos motivos vegetales y religiosos, destacando la arquivolta de cristo como juez justiciero entorno a los 24 ancianos. Otra puerta es la conocida como la del medio día, tiene un arco levemente apuntado con decoración geométrica y vegetal. En el interior, donde no se pueden hacer fotos, destacan el pórtico de la majestad, la virgen embarazada del S.XIII y el órgano barroco, en la sacristía hay un pequeño museo en el que destaca el cuadro de La virgen de la Mosca.
Al terminar la visita al templo por su parte trasera encontraremos el mirador sobre la vega del río Duero, con unas magnificas vistas que invita a sentarnos un rato a contemplar el paisaje.
Podemos volver hacia la plaza mayor ya que aparte del Ayuntamiento, y la oficina de turismo encontraremos la Iglesia Santo Sepulcro, de estilo mudejar del S.XIII, perteneció a la Orden del Santo Sepulcro y posteriormente a la Orden de San Juan de Jerusalén (Caballeros de Malta). Muy cerca de la plaza mayor encontraremos la Iglesia San Salvador, mudéjar del S.XIII perteneció a la Orden de los Caballeros del Temple. Actual museo de arte sacro.
Hay otros muchos lugares a los que podemos ir, iglesias, palacios, casas blasonadas y rincones con encanto por doquier, imposible de mostraos todos aquí, un pequeño ejemplo son el Palacio de los Condes de Requena, La iglesia de San Juan de los Caballeros o la Casa de la Nunciatura.
Toro es una ciudad imposible de desvincular del vino ya que su historia no se entiende sin su presencia, y es que antes de la llegada de los Romanos, que suele ser el arranque de la viticultura en otros lugares, en Toro ya se hacía vino. Así lo atestiguan los restos arqueológicos de la zona.
Tal era la fama de los vinos de Toro, que al rey Leones Alfonso IX se le atribuye la frase «tengo un toro que me da vino y un león que me lo bebe» o el hecho/leyenda de que en la argamasa de la construcción de la Torre del reloj se echaba vino por que era más abundante que el agua, e incluso fue el vino que acompañó a los descubridores de América.
Todo esto desemboca hoy en día en la Denominación de Origen Toro, que nace en mayo de 1933 y que culminará en la actual D.O. en 1987. Agrupa a mas de 50 bodegas y abarca desde el sudeste de la provincia de Zamora y comprende parte de las comarcas naturales de Tierra del vino, Valle de Guareña y Tierra de Toro y linda con los paramos de Tierra del Pan y Tierra de Campos. Toda esta tradición hacia el vino la podemos disfrutar el día de la Fiesta de la Vendimia, que se celebra el segundo domingo de octubre y en el que podemos ver un desfile de carromatos tradicionales, con sus cestas llenas de uvas y engalanados para la ocasión. Acompañados de música y bailes, Toro se llena de gente para disfrutar del ambiente festivo y degustar productos típicos de la zona acompañados de un buen vino de Toro.
Por lo cual, en mi opinión, tanto por su historia, su patrimonio y su cultura vitivinícola, hacen de Toro una ciudad «gran reserva» que no nos podemos perder.
Mas información en: http://www.toroayto.es/
Fotos: Luis pasalodos