Hoy vamos a conocer la ermita de Santa Justa y la torre de San Telmo, y para eso nos vemos a ir hasta Ubiarco, en Cantabria.
Dentro de la población cántabra de Santillana del Mar, encontramos Ubicarco, un pequeño municipio situado entre la montaña y el mar. En el acantilado, junto a la playa de Santa Justa, encontramos la pequeña ermita del mismo nombre y justo encima, la torre de San Telmo.
La ermita de Santa Justa
La ermita de Santa Justa es una construcción semi excavada en la roca de un anticlinal (pliegue de la corteza terrestre).
Es semi rupestre. Sólo tiente dos paredes de piedra y una cubierta de teja dentro de la cavidad. Data del siglo XVI y está consagrada gracias a las reliquias de Santa Justa y Rufina. Se cree que fue construida por pescadores de la zona. Fue declarada bien de interés local a finales del año 2010.
En 1578, las ordenanzas multaban a quienes no acudiesen a la romería, que se celebra cada 19 de julio. El interior de la ermita es muy sencillo y austero, sólo se puede visitar ese día.
Una curiosidad: antes de llegar a la ermita, tenemos que saltar un pequeño arroyo que tiene su leyenda. Dicen los lugareños que «mujer que de ese agua toma, en dos años protagoniza boda». Ahí lo dejo…
La torre de San Telmo
Justo encima de la ermita de Santa Justa, presidiendo el acantilado, nos encontramos con la torre de San Telmo.
La torre de San Telmo son los restos de una atalaya medieval datada en el siglo XIV. Sirvió de referencia para los navíos así como de bastión y defensa contra los invasores. Se encuentra en ruinas. Apenas quedan dos paredes y los huecos de dos ventanas. En mayo de 2020 fue incluida en la Lista Roja de Patrimonio.
Fotografía: Lista roja de Patrimonio
Se la conoce como torre de San Telmo porque cuentan que este santo hizo el milagro de salvar a varios pescadores de un naufragio en esta costa cuando se dirigían a hacer el Camino de Santiago.
Cómo llegar
Desde Suances, cogemos la carretera CA-351 que pasa por Tagle, y un poco antes de llegar a Ubiarco nos desviamos por la carretera comarcal que marca Santa Justa. Antes de llegar a la playa hay un parking. Dejamos el coche y bajamos por un camino empedrado hacia la playa.
La playa de Santa Justa es salvaje, y tenemos que tener en cuenta las mareas, puesto que si la marea está alta, la playa prácticamente desaparece. Desde la playa hay un sendero que nos lleva hasta la ermita. No es muy complicado, pero hay que tener cuidado con dónde pisas.
La mochila de Laura 