Las hoces del río Duratón

El parque natural de las hoces del río Duratón se localiza al noroeste de Segovia, tiene una extensión de 5037 hectáreas y se sitúa entre los términos municipales de Sepúlveda, Sebúlcor y Carrascal del río.

Este paraje, constituido por el curso medio del río Duratón, fue declarado parque natural el 27 de junio de 1989 por las cortes de Castilla y Leon.

Qué ver en las hoces del Duratón.

El parque natural de las hoces del río Duratón está formado por el paisaje del profundo cañón que forma el río Duratón en su curso medio, cañón en el que sus paredes llegan a alcanzar los 100 metros de altura y las que  sus reviradas curvas se conocen como «hoces». Esta denominación de hocesse le da por sus formas curvas entre altas paredes, lo que se asemeja a la cavidad bucal (del latín Faux), siendo así su etimología similar a la de garganta.

Hoces del Duratón, Ermita

Podemos disfrutar del parque realizando alguna de sus muchas rutas de senderismo, aquí un configurador muy interesante de la junta de Castilla y León, donde podemos elegir varios aspectos de la ruta que queremos realizar. Otra de las actividades más practicadas es realizar el descenso del río Duratón en canoa.

Uno de los grandes atractivos del parque es la colonia de buitres leonados, que es la mayor colonia de Europa. Estas aves anidan en las paredes del cañón, a las cuales se les puede apreciar claramente cuando descienden lentamente hacia sus nidos. Estos se ven fácilmente desde alguno de los miradores de las hoces.

Buitres Leonados

Sin lugar a dudas, el lugar más conocido e imprescindible de visitar de las hoces del río Duratón es la Ermita de San Frutos o Priorato de San Frutos. Situada en un balcón sobre los acantilados, nos encontramos con una construcción románica del S.XII que se realizó sobre otra visigótica del S.VII. La fundación se le atribuye a San Frutos (642-715) y sus dos hermanos Santa Engracia y San Valentín.

Ermita de San Frutos

Para llegar a la ermita accedemos a Villaseca por la comarcal SG-V-2418, al lado de la carretera se encuentra la iglesia del pueblo, de la que parte un camino de tierra (señalizado), el cual, tras unos 4 Km de baches y polvo llegamos a un aparcamiento. Desde este punto hasta la ermita nos queda 1 Km a pie, por un camino de tierra con un importante desnivel (recomendable calzado apropiado). A mitad de camino, tenemos señalizado un mirador sobre las hoces, no nos lleva mucho tiempo y se obtienen unas de las mejores vistas del parque.

Lo primero que nos encontramos para acceder al complejo religioso, es un pequeño puente de piedra construido en 1757 que salva una grieta, «La Cuchillada», que según la tradición, fue abierta  por San Frutos con su bastón para detener a los sarracenos, así, esta grieta define el terreno sagrado que los infieles no debían pisar.

Lo siguiente que nos encontramos es una gran cruz de hierro que fue levantada en el año 1900 para conmemorar una gran peregrinación que se realizó ese año.

Grieta la cuchillada

Cruz de hierro

 

 

 

 

 

 

 

 

Justo antes de acceder al complejo, a los pies del ábside de la ermita, encontramos una necrópolis con varias tumbas antropomórficas, datadas en la alta edad media y reutilizadas por los monjes del priorato.

Necrópolis de San Frutos

El complejo está formado por los restos del monasterio Benedictino, fundado en 1126 por Alfonso VII de León, y abandonado en 1834 con la desamortización de Mendizábal. Podemos ver y pasear por lo que fueron las diferentes dependencias y patios del monasterio, todo ello en estado de ruina, sólo siendo reconocibles los restos de la muralla que rodeaba el complejo, un horno de pan y detalles decorativos como un reloj de sol o un escudo de armas.

Ruinas Monasterio de Sanfrutos

Horno de pan, San Frutos

 

 

 

 

 

 

 

 

Todo el complejo fue construido entorno a la ermita de San Frutos que es lo único que permanece prácticamente intacto, la cual fue declarada Monumento Nacional en 1931. El interior de la ermita tiene poco que destacar, típico estilo románico.

En el exterior de la ermita todavía podemos apreciar elementos decorativos y una curiosa inscripción que hace mención a un milagro realizado por San frutos, quien salvó a una mujer tras despeñarse y esta, en agradecimiento, donó sus bienes.

«Aquí yace sepultada una mujer de su marido despeñada y no morió i hizo a esta casa lymosna de sus bienes»

Inscripción milagro de San Frutos

Al salir por la parte trasera del complejo accedemos a una amplia extensión de terreno, en la cual al fondo de la misma encontramos un pequeño cementerio y un diminuto mausoleo, el cual alberga las tumbas de San Frutos y sus dos hermanos, hoy vacías. Esta amplia plataforma sobre el cañón nos ofrece unas estupendas vistas sobre las hoces y un interesante lugar donde pasar la jornada, eso sí, apenas tenemos una sombra donde cobijarnos si pega mucho el sol.

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El otro lugar más conocido de las hoces del río Duratón es el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz, ya que se sitúa en el interior del propio cañón, en uno de los meandros del río, y con un acceso hoy en día solo posible a través de él, ya que el acceso a pie desapareció con la construcción del embalse de Burgomillodo, sin duda una de las estampas más espectaculares de nuestra geografía.

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El acceso al mirador sobre el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz se hace desde Sebulcor, por medio de un camino de tierra de unos 5km. Llegaremos a una bifurcación señalizada donde podemos dejar el coche y recorrer el último kilómetro a pie, ya que aunque el camino continúa, varios tramos no están en muy buen estado, sólo aptos para todoterrenos.

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El origen del Monasterio de Nuestra señora de la Hoz estaría vinculado a un pequeño lugar de culto anterior, del S.VIII, donde se veneraría a la virgen y a San Pantaleón de la Hoz. En el año 1231, siendo Rey Alfonso XI, y tras la aparición de la virgen a un pastor, los Benedictinos, hacen donación del lugar a la orden de los Franciscanos, que fundaron el monasterio. Tanto la Reina Isabel la Católica, muy devota de la Virgen de la Hoz, como el Rey Felipe II, visitaron el monasterio y aportaron fondos para su conservación.

Sin duda, el parque natural de las Hoces del río Duratón nos ofrece multitud de posibilidades, un buen punto de comienzo puede ser la casa del parque, situada en la antigua iglesia de Santiago, en Sepúlveda. Una buena zona donde pasar el día es el área recreativa situada en el Puente de Villaseca, donde encontraremos un par de kioskos y un punto de información del parque, aunque este área no dispone de las típicas mesas con bancos.


Fotos: Luis Pasalodos y Laura Izquierdo

 

 

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