Peñafiel, turismo para los cinco sentidos

Peñafiel es una localidad vallisoletana, situada al este de la provincia. Lugar perfecto para hacer turismo, ya que tenemos de todas la versiones: cultura, gastronómico, enológico o museístico.

Pero, si hay tanto que hacer aquí, ¿por dónde empezamos? Empezaremos, como no podía ser de otra manera, por su castillo. El Castillo de Peñafiel que domina la localidad desde sus alturas, tiene forma de buque y es visible a muchos kilómetros a la redonda. Es una fortaleza medieval, declarada Monumento Nacional en 1917. Comenzó a levantarse en el siglo X, y ha sufrido varias reformas. Ahora alberga en su interior el Museo Provincial del Vino desde 1999. Se pueden visitar de forma independiente o conjunta.

Horario de visitas:

1 Abril a 30 Septiembre, de M a D y F de 10:30H a 14:00H y de 16:00H a 20:00H. Lunes Cerrado
1 Octubre a 31 Marzo, de M a D y F de 10:30H a 14:00H y de 16:00H a 18:00H. Lunes Cerrado

La entrada general son 6.6 euros, más info http://www.valladolidesvino.es

 

 

Una vez visitado el castillo, lo mejor es bajar al pueblo y perderse por sus calles, hasta llegar a la Plaza del Coso. Por el camino no nos podemos perder la Iglesia Convento de San Pablo, antigüo Alcázar de Alfonso X, de estilo mudéjar, o la Iglesia de Santa Clara, declarada Bien de Interés Cultural.

También nos encontraremos con la Torre del Reloj, que es lo único que queda de la antigüa iglesia románica de San Esteban. Es la construcción de más antigüedad de la villa.

Por el camino nos encontramos con otras dos iglesias, la de San Miguel de Reoyo y la de Santa María, en el centro de la villa.

Después de este recorrido llegamos, por fín, a la Plaza del Coso. Data de la Edad Media, y fue construida para albergar festejos taurinos. Aún hoy, se utiliza para ese fin.

 

 

Al entrar nos trasladamos a la propia Edad Media, pues sus edificios, de adobe, piedra y madera están perfectamente conservados. Llaman la atención sus balcones de madera ricamente adornados. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1999.

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Además de los festejos taurinos, es conocida por la Bajada del Ángel, que se celebra cada domingo de Resurrección.

Y después de todo este recorrido, lo mejor es reponer fuerzas. Peñafiel cuenta con una amplísima oferta de restaurantes, mesones y asadores. Sin duda, el plato estrella es el lechazo asado al horno de leña, regado con los mejores caldos de la Ribera de Duero.

No nos podemos ir de Peñafiel sin visitar alguna de sus muchas bodegas, no en vano es la cuna de la D.O. Ribera del Duero. La más conocida quizá sea la de Protos, a los pies del castillo. El edificio, en forma de racimo, está diseñado por Richard Rogers.

 

Más información: www.turismopeñafiel.es


Texto y fotografías: Luis Pasalodos

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