Hoy nos vamos a acercar al puerto de El Escudo, situado entre la provincia de Burgos y la comunidad de Cantabria. Allí, en lo más alto, se encuentra el lugar que hemos visitado, la pirámide del Escudo.
Este extraño monumento también es conocido como la pirámide de Mussolini, ya que eran legionarios italianos enviados por el Duce para combatir en la Guerra Civil quienes estaban enterrados allí.
Historia de la pirámide del Escudo
Situada en el puerto del mismo nombre, en la carretera N-623, y a la altura de la señal que nos indica que entramos en Cantabria, nos encontramos con este extraño y actualmente abandonado monumento. ¿Qué es en realidad y por qué se encuentra ahí? Para situarnos, tenemos que retroceder hasta el año 1.937, en plena Guerra Civil. Ese lugar tiene un alto valor estratégico, y por ello transcurrieron allí importantes batallas. La última, la de Santander, cuando la zona fue fortificada por los republicanos para impedir el paso a Cantabria de los nacionales. Aquí participaron como refuerzo soldados italianos enviados por Mussolini para ayudar a Franco, la División 23 de Marzo exactamente. En esta batalla, ganada por los nacionales, murieron muchos de estos soldados italianos. Este monumento se levantó para honrar a esos soldados italianos.
La pirámide del Escudo se construyó en 1938 y financiada por el gobierno italiano, se consideraba que ese espacio era suelo italiano. Dejó de serlo cuando los soldados italianos fueron exhumados.
Fue construida en base a una simbología muy concreta: la puerta mira al este, por donde sale el sol. Simboliza el renacer. El resto de las caras representan los otros tres puntos cardinales. Su base es cuadrada, pero su interior es redondo. Simboliza la perfección. Hay un tragaluz en la parte trasera en forma de cruz. Ilumina las palabras «presente, presente, presente», lema originario del fascismo italiano. Cuando pasaban revista y nombraban a un soldado caído, el resto del pelotón respondía con esta palabra.
Nichos abandodados en el interior de la pirámide
Está situada dentro de un coto de caza, en la cima de un pequeño promontorio y el acceso está vallado. Es un sitio solitario porque actualmente está abandonado. Cuando vas subiendo y acercándote a la pirámide, lo primero que distingues es la M gigante alrededor de la puerta. A pesar de lo que cuenta la creencia popular, ese M no es de Mussolini, si no de Monumentum. La pirámide mide veinte metros de altura, y en su interior, bastante tétrico, se encuentran trescientos sesenta nichos (loculi). Dentro de estos nichos nunca hubo nada, los cuerpos de los soldados italianos estaban enterrados fuera, en las laderas de la colina. En la lápida que cerraba estos nichos se podía ver una cruz, el nombre del soldado, la unidad a la que pertenecía y la fecha de su muerte.Todos juntos representan la inmortalidad. En el suelo podemos ver dos agujeros; eran las entradas a la cripta que se encuentra debajo de la pirámide. Ahí si estuvieron enterrados los restos de doce oficiales. También en el suelo,podemos apreciar que anteriormente hubo un altar en el centro.
A mediados de los setenta, los restos de estos soldados italianos fueron trasladados unos a su país de origen y otros a Zaragoza, a la torre de la iglesia de San Antonio de Padua. Esta torre es un Sacrario Militare Italiano, construido como mausoleo para albergar los restos de los combatientes italianos caídos en la Guerra Civil Española. Fue financiado por Mussolini y en un principio estaba destinado a ser el doble de alto de lo que es, pero la financiación se paralizó. Este lugar es propiedad del gobierno italiano y se considera que está en suelo italiano.
Mirador del alto del Escudo
Aparte de la pirámide, desde ese mismo lugar tenemos unas vistas muy bonitas del embalse del Ebro y todos los paisajes de alrededor. Sopla mucho el viento, por lo que se recomienda ir en época de buen tiempo.
Vista del embalse del Ebro desde el alto del Escudo
Tragedia de la «curva de los italianos»
La historia nos vuelve a llevar al mismo sitio muchos años después. Concretamente al año 1.971. Una expedición de ex combatientes italianos que participaron en la conquista de Cantabria en 1937 y algunos familiares se desplazaban de Madrid a Santander en autobús cuando este se quedó sin frenos y acabó despeñándose por el puente del Zorrilla, llegando casi a caer al río del mismo nombre después de dar varias vueltas de campana. Hubo once fallecidos y veintitrés heridos. Varios de ellos habían participado en la batalla que se libró en el puerto del Escudo casi cuarenta años atrás. Es por esto que esa curva es ahora conocida como la «curva de los italianos».
Fotos: Laura Izquierdo y Luis Pasalodos
Fuentes: Carlota Martinez (historiadora)