La Reserva Natural de las Riberas de Castronuño se sitúa en la parte occidental de la provincia de Valladolid. Abarca de las localidades de Castronuño, Pollos, Torrecilla de la Abadesa y Tordesillas, y su columna principal es el Río Duero que lo cruza de este a Oeste.
La Reserva Natural de las Riberas de Castronuño es la única área protegida de la provincia de Valladolid.
La Reserva Natural
La Reserva Natural de las Riberas de Castronuño o como también se la conoce, La gran Florida del Duero, es un humedal seminatural que se forma en el termino municipal de Castronuño por la construcción del embalse de San José. Esta presa se encuentra a 2 Km de Castronuño y fue construida entre 1941-1945 para la producción de electricidad.
El envalsamiento del agua del Río Duero por la construcción de la presa de San José, fue lo que formó esta reserva, ya que poco a poco se fue colonizando de aves especializadas en humedales. Fue declarada zona de especial protección en 1992 y reserva natural 10 años después.
Es un espacio de gran riqueza faunística, pues se han inventariado 189 especies de aves, 24 de mamíferos, 10 de reptiles, 5 de anfibios y 9 de peces. De las aves catalogadas, 41 de ellas están en alguna de las categorías de amenazadas de la lista roja. Las especies más significativas son Alcotán, Halcón Peregrino, Garza Real, Garza Imperial entre otras muchas.
Qué ver y cómo
La mejor forma de acercarnos a conocer este espacio es haciendo la ruta de los Almendros (descargar aquí). Esta senda de apenas 3,5 Km parte de Castronuño, desde el Mirador de la Muela, al lado de la iglesia. Allí se encuentra la Casa del Parque, recomendable visitar antes, así conoceremos a través de su exposición el espacio natural que vamos a visitar.
El primer tramo de la ruta de los Almendros baja desde el mirador de la muela hasta el río, discurre entre bodegas y es un tramo con bastante desnivel.
El siguiente tramo es totalmente llano, discurre entre frondosa vegetación y paralelo al río; llegamos a un punto por donde discurre un pequeño arrollo donde se ha dispuesto una sinuosa pasarela de madera. Allí se encuentra un pequeño embarcadero donde atracaban los barcos de los pescadores, y un observatorio de aves.
Luego la senda transcurre entre la carretera y el río, hasta un punto donde tendremos que cruzar la carretera y seguir hacia el interior paralelo al arroyo de Mucientes. Llegamos a un punto donde hay que subir una empinada cuesta de tierra para llegar al mirador del pinar, donde disfrutaremos de unas vistas magnificas del entorno.
El siguiente tramo discurre entre almendros y tierras de cultivo hasta llegar a la carretera, la cruzaremos y habremos llegado a la pasarela sinuosa de madera y de ahí, de vuelta a Castronuño.
Una vez en Castronuño no podemos irnos sin pararnos a admirar la iglesia de Santa María del Castillo, del S.XIII. Luego podemos poner rumbo a la presa de San José. Hay un amplio aparcamiento de tierra nada más pasar la presa a mano derecha.
Las Riberas de Castronuño es, sin duda, un lugar estupendo donde pasar una jornada rodeados de naturaleza.
Fotos: Luis Pasalodos y Laura Izquierdo